Integración, accesibilidad, espacios adaptados, son palabras fáciles de pronunciar pero difíciles de cumplir.
Que mi hermano no puede acceder por si mismo a su terapia de logopedia, y a duras penas con la ayuda de nosotros, su familia.
Familia, especialmente madre y padre, que esta cansada de luchar contra muros invisibles, barreras arquitectónicas e injusticias.
No es lógico que algo no esté adaptado para que todas las personas puedan moverse y/o acceder sin dificultades, en igualdad de oportunidades y de derechos que las otras personas, pero es aún más grave cuando se trata de la falta de acceso a lugares sanitarios o servicios esenciales.
Y en un sitio tan transitado y visto como es en frente de los juzgados de Puerto del Rosario.
Se trata de que nos estemos planteando suspender las sesiones de logopedia de Jorge David porque nos cuesta acceder hasta el edifico porque las calles llevan meses en obras y nos cuesta mover la silla de ruedas en la que se encuentra.
Se trata de que hemos tenido que pedir ayuda a personas en la calle para poder mover la silla , y gracias a esa gente hemos podido.
Se trata de que mi hermano al menos tiene quien le empuje su silla en estas situaciones, pero otras personas no.
Se trata de supuestas rampas adaptadas que son más bien parques de atracciones o del peligro para las personas con movilidad reducida.
Sólo pedimos salir de casa sin preguntarnos que dificultades vamos a tener hoy, solo pido que mi hermano pueda moverse con autonomía, que no tema caerse de la silla o llegar tarde por algo que no depende de él.
Parece que nos cuesta entender situaciones hasta que nos vemos en ellas.
¡¡Calles y espacios accesibles para todos y todas!!